Tengo que admitirlo; te necesito. Necesito tus besos, tus caricias, tus abrazos... Necesito todo de ti. Eres el aire que respiro, y sin ti, créeme, todo esto no tendría sentido. Lo que siento no se compara en nada a algo que hubiera sentido antes. Desde que te conozco has sido, eres y serás para y por lo que vivo.
Las cosquillas que siento en el estómago cuando te veo a lo lejos, al rozar tu piel con mis dedos, al besarte y abrazarte... Es una sensación única, que no quiero sentir con nadie que no seas tú.
Me encantas tal y como eres, con todos tus defectos e imperfecciones que, para mí, son perfectas.
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